sábado, 21 de febrero de 2009

RICHARD MATHESON - Soy Leyenda, 2008 (1954)

Llegué a este libro por la película de Charlton Heston. Recordaba haberla visto co
n catorce o quince años y comentarla con mis amigos. Estábamos entonces enganchados a la CF a través de cómics como 1984 o Tótem, tanto como a la literatura de terror, o casi mejor decir a Lovecraft. La emoción que sentíamos con Charles Dexter Ward o Chutlhu, o con el Den de Richard Corben es indescriptible. Y en aquellos días echaron por la tele aquella película que nosotros creíamos de zombis. No habíamos entendido nada, claro.

A los cuarenta años, en pleno reverdecimiento de ese amor por la CF, recordé aquella película. No sabía el título de la cinta, pero buscando en la filmografía de Heston encontré dos títulos que aventuraban algo parecido: Cuando el tiempo nos alcance y El último hombre vivo (Omega Man). Gracias a e-mule me descargué la primera de ellas. Al principio fue una decepción, porque en mi ignorancia desconocía que se trataba de la adaptación de ¡Hagan sitio! ¡Hagan sitio!, una novela de CF de Harry Harrison. La película me gustó. Vi en ella muchos elementos que han copiado o tratado en otras. Indagué sobre Harrison. Descubrí que luego se había dedicado a la CF irónica, riéndose de Richard Heinlein y del género con un antihéroe llamado “Bill”. Era una casualidad; de repente recordé que unos años atrás le había regalado la colección completa de Bill a mi hermano David.

Encargué Soy leyenda en la librería de la Facultad con un poco de vergüenza al tratarse de una novela –algo disparatado en un centro de ciencias sociales- y de CF –un género que mucho mezquino considera infantil-. Devoré el cuento de Matheson. Entre lectura y lectura leí la biografía del autor, y quedé sorprendido: ¡Era el autor de El increíble hombre menguante! Busqué en internet la novela, encontrándola en una editorial pequeña, “La Factoría de las Ideas”. Muy alternativo, pero con unas portadas y un tono que no me convencieron.

Emprendí la lectura del libro de Matheson. Con qué facilidad lo leí, en cualquier lugar, en cualquier momento. Comprendí que había dos cuestiones clave en la CF, al menos en la clásica: la soledad y la normalidad. El protagonista de la novela era alguien vulgar, del montón, que trabajaba en una fábrica, y que de repente todo se encaminaba a cambiar “lo normal” y adentrarle en la soledad. Poco interés tenían para mí los vampiros –otra forma de normalidad-, ni los adaptados de la nueva era –totalitarios y despiadados-. Lo relevante era el discernimiento del hombre normal puesto en una situación extraordinaria. La esperanza, la melancolía, la tristeza y la autodestrucción, junto a la efímero de los cosas, de las civilizaciones, del hombre. Literariamente no es una gran obra, pero me encantó porque me hizo pensar.

Estaba entonces decidido a emprender la grata tarea de leer las mejores novelas de CF. Anímicamente me venía bien, no sólo por las dificultades que estaba pasando en el trabajo sino porque recuperaba un viejo vicio: la lectura, una maravillosa costumbre que la profesión convirtió en algo no apetecible. Entonces me hice con un listado de las mejores, leí un poco sobre los estilos y los grandes autores; visité páginas web de locos por la CF y escudriñé los comentarios que a las obras habían hecho otros lectores. Enamorado de la CF lírica topé con Ray Bradbury.

2 comentarios:

  1. La trama psicológica de la novela es fantástica, la lucha contra la soledad y la desesperación.
    El desenlace con las meditaciones finales del protagonista me encantan, ¿Quiénes son los míticos monstruos de leyenda?. Lástima que la película desvirtúa totalmente lo previsto en la novela. ¿porqué los gustos se han vuelto tan comerciales, reflejar la idea original dará tan poco rédito?

    ResponderEliminar
  2. Hola, blacksoviet.

    La versión de Vincent Price, de 1964, "El último hombre sobre la Tierra", no está mal. Quizá sea la que más se acerca a la novela.

    En cuanto a la variación entre literatura y cine, es un viejo debate. Son dos lenguajes distintos, dirigidos a públicos diferentes, y de ahí la diferencia, sobre todo si entre el libro y la película han pasado cuarenta o cincuenta años.

    Saludetes

    ResponderEliminar

Reseñas más leídas